Invierno

Desde tiempos remotos el hombre tenía explicaciones científicas para dar a conocer las características de las estaciones del año. Solo una explicación les daré para una estación en particular que me encanta,“el invierno”. Para todos en general es una estación triste sin sentido, lúgubre y otras características que a mi parecer no son propias de esta bella estación.

Me encatan los días lluviosos que evocan buenos recuerdos y un contacto reciproco con la naturaleza, caminar bajo la lluvia es uno de mis placeres culpables.

Mantener la vista en alto esperar que las gotas caigan en el rostro y se deslicen hasta desvanecerse. El aire que enfría la nariz pero acaricia mi pelo como fiel compañero, es el culpable del encanto invernal.

Cerrar los ojos y esperar que el frío inunde tus pensamientos y no te de tiempo para nada más que respirar aire puro. Tus sentidos están más abiertos sientes la lluvia que choca
con el piso y cada gota es una nota que adorna un coro musical. Armonía que
resuena en tus oídos junto a hadas danzantes que en las hojas de los árboles
saltan como niños en los charcos. Esos seres imaginarios que revolotean a
nuestras espaldas que aunque no las vemos sabemos que están ahí cuidando nuestros pasos y vigilando lo que hacemos.

El aroma característico que florece con la primera lluvia se mezcla y da el sabor a tierra húmeda, sientes como si los tuvieras en tu boca, nos invita a integrarnos con tan glorioso evento de la naturaleza.

Al finalizar el invierno árboles y flores están eufóricos por tan bella temporada. Airosos los nuevos seres que esperan la llegada de los primeros rayos de sol que tenues se asoman entre las nubes y cubren pequeños rincones de bosques, senderos y avenidas.
Dando paso a la siguiente estación y a la llamada del amor.

Esa es la verdadera esencia del invierno para mi.